Presentes en casi todos los tipos de cocina, desde la mediterránea hasta la hindú, desde la mexicana hasta la rusa, los limones se pueden usar de muchas formas imaginativas, tanto como decoración de alimentos como en recetas. Se emplea comúnmente para realzar el sabor de los alimentos y es un excelente sustituto de la sal o el vinagre.

Este cítrico va bien con muchos otros alimentos como verduras, sopas, salsas, pasteles, natillas, helados, sorbetes, ajo, albahaca, coco, miel, ricota, queso de cabra, moras y arándanos.

El zumo de la fruta se puede utilizar en un adobo y para ablandar carnes, aves, pescados y mariscos. Además, un buen consejo sobre cómo aprovechar al máximo el limón es rallar la cáscara (lo que se conoce como ‘’ralladura”) en recetas de postres y pasteles.

Simplemente añadiendo unas gotas de zumo conseguirás lo siguiente:

• Evitar que otras frutas se pongan marrones, p. aguacates, manzanas o plátanos.
• Evitar que el arroz se pegue cuando lo cueces.
• Ablandar la carne rompiendo sus fibras más duras.
• Que la lechuga esté más crujiente remojando las hojas en un poco de agua mezclada con unas gotas de zumo de limón y dejándolas secar.
• Innovar en muchos platos, realzar recetas cremosas e incluso sustituir la sal.
• Añadiendo una rodaja de la fruta al tarro de azúcar, evitarás que se apelmace.
• Si frotas con un poco de zumo de limón los huevos antes de cocerlos, te resultará más fácil pelarlos sin romperlos.